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Axel Voss, Premio Adepi 2019, lo presentó en el Parlamento Europeo
Un estudio concluye que el entrenamiento de la IAG sin permiso infringe la legislación europea sobre propiedad intelectual
Un estudio interdisciplinario concluye que utilizar contenidos protegidos por derechos de propiedad intelectual para entrenar modelos de inteligencia artificial generativa (IAG) sin la autorización de los titulares de derechos infringe la normativa comunitaria de propiedad intelectual. El informe ha sido presentado en el Parlamento Europeo por Axel Voss, eurodiputado alemán que en 2019 recibió el Premio Adepi: «Este estudio no solo demuestra que el entrenamiento de los modelos de IAG no está cubierto por el límite de minería de texto y datos, sino que también proporciona importantes indicaciones para lograr un equilibrio entre la protección de la creatividad humana y la promoción de la innovación en IA».
Axel Voss, en la gala de entrega del Premio Adepi 2019. Foto: Laura Martínez Lombardía.
El estudio, “Copyright & Training of Generative AI – Technological and Legal Foundations” (Propiedad intelectual y entrenamiento de IA generativa, fundamentos tecnológicos y jurídicos), ha sido elaborado por Tim W. Dornis, profesor de derecho de la Universidad de Hannover, y Sebastian Stober, investigador del Artificial Intelligence Lab de la Universidad de Magdeburgo. Por ahora, el informe completo está disponible en alemán aquí, y puede consultarse un un resumen ejecutivo en inglés aquí.
La investigación confirma que las obras protegidas por derechos de autor son copiadas durante la recopilación de datos, replicadas total o parcialmente, y pueden ser reproducidas. “Los modelos generativos pueden memorizar datos de entrenamiento, en su totalidad o en parte, de modo que los usuarios finales pueden generarlos nuevamente con las indicaciones adecuadas y, por tanto, reproducirlos”, señala Stober, quien recuerda que no existe en la legislación europea vigente una excepción que ampare las infracciones masivas durante el entrenamiento de IAG.
“Si se analiza de cerca la tecnología de los modelos de IAG -añade Dornis-, se puede ver que su entrenamiento no es un proceso de minería de datos y textos, sino una infracción de propiedad intelectual que no está amparada por ninguna de las excepciones o límites de la normativa europea de derechos de autor”.
Responsabilidad de los legisladores
Dado que el entrenamiento de IA implica actos de reproducción y almacenamiento de estas obras, infringe los derechos de autor de aquellas que se hayan utilizado sin autorización de los titulares de derechos. Y aunque los partidarios de la metodología que se está usando para entrenar la IAG invocan la Directiva de 2019, cuyo artículo 4 permite ciertos usos de obras protegidas para la “minería de textos y datos”, el estudio enfatiza que dicha excepción no debe aplicarse al entrenamiento de IAG, porque las tecnologías difieren por completo.
Incluso si el entrenamiento de la IAG se produce fuera de Europa, los desarrolladores no pueden evitar las leyes de derechos de autor europeas. Si las obras son replicadas dentro de un modelo, ponerlo a disposición en Europa podría infringir el “derecho de puesta a disposición” regulado en el artículo 3 de la Directiva InfoSoc. Por tanto, ofrecer servicios de IA a usuarios europeos finalmente somete a los desarrolladores a las leyes de derechos de autor europeas, incluyendo el recientemente aprobado Reglamento de IA, y a la jurisdicción de los tribunales europeos.
“Este estudio es explosivo porque demuestra que nos encontramos ante un robo de propiedad intelectual a gran escala. Ahora la pelota está en el tejado de los políticos, que deben sacar las conclusiones necesarias y poner fin de una vez por todas a este robo a costa de los periodistas y otros autores”, señala Hanna Möllers, representante de la Federación Europea de Periodistas (FEP).
El compositor Matthias Hornschuh añade: “Debería vislumbrarse un nuevo mercado de licencias pero en realidad no hay remuneración, mientras que la IAG se prepara para sustituir en su propio mercado a aquellos de cuyos contenidos se nutre. Esto pone en peligro el trabajo de los creadores y no beneficia a la sociedad, la cultura o la economía. Este estudio proporciona la evidencia tecnológica para que finalmente la consideración jurídica de la inteligencia artificial generativa cambie de arriba abajo”.
“Este estudio sugiere repensar las cuestiones de derechos de autor en el contexto de la IA. Dada la revolución técnica y las disrupciones socioeconómicas que trae la IA generativa, los legisladores deberían reconsiderar cómo equilibrar la protección de la creatividad humana y el fomento de la innovación en IA. La falta actual de regulación ignora las realidades técnicas y, por lo tanto, no solo es jurídicamente incorrecta, sino también injusta”, aseguran los autores del estudio.