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Centros comerciales y tiendas especializadas lo confirman

Los dispositivos que pagaban canon no bajan de precio

La derogación del sistema de compensación equitativa por copia privada basado en el conocido como “canon digital” ha provocado serios perjuicios económicos a los creadores. “La industria cultural ha sido expropiada de una compensación de 115 millones de euros que antes abonaban los fabricantes e importadores de equipos, aparatos y soportes, y de los que 23 millones de euros se destinaban a labores asistenciales y promocionales”, denuncian las entidades de gestión. Y encima los equipos y soportes que pagaban el canon mayoritariamente no han bajado de precio, como ha percibido el ciudadano (aunque en este caso las organizaciones de consumidores no hayan puesto el grito en el cielo) y confirman los vendedores en centros comerciales y tiendas especializadas.

18 de octubre de 2012

Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el año 2012, aprobados en el Congreso de los Diputados el pasado 29 de junio, incluyen una partida para abonar la compensación por copia privada (el conocido como «canon digital») a los titulares de derechos. La cantidad que establecen los PGE es de cinco millones de euros para todas las categorías de titulares de obras de texto, audio y video (autores, editores, productores y artistas). En el 2011 se recaudaron por este concepto unos 70 millones de euros. Todavía se desconoce el importe que corresponde a cada tipo de titular, puesto que está pendiente la publicación del reglamento que desarrolle el sistema.

Hasta su derogación el pasado 31 de diciembre, estaban sujetos al pago del conocido como “canon digital” (la compensación equitativa por copia privada) todos los equipos, aparatos y materiales que permiten reproducir obras musicales y/o audiovisuales y reprográficas. Puesto que la mayoría de los CD y DVD, así como los equipos donde se reproducen obras protegidas, se dedicaban mayoritariamente a la grabación de estas y resultaba imposible determinar, a priori, los casos en los que no se dedicaban a almacenar copias privadas, la Unión Europea determinó como única solución factible la fijación de una menor cuantía a todo el mercado (con el consiguiente beneficio para los usuarios, quienes vieron reducida dicha cuantía en el pago de cada uno de los soportes y equipos).

La orden PRE/1743/2008, de 18 de junio, por la que se establece la relación de equipos, aparatos y soportes materiales sujetos al pago de la compensación equitativa por copia privada, las cantidades aplicables a cada uno de ellos y la distribución entre las diferentes modalidades de reproducción, en su apartado II, párrafo tercero, indica: “Analizada la repercusión que el límite de copia privada tiene en nuestro país mediante el uso que del mismo hacen los ciudadanos en sus modos de consumo de las creaciones protegidas y la influencia que sobre estos modos ha tenido la aparición y desarrollo de las nuevas tecnologías, se ha estimado que el perjuicio anual correspondiente a la modalidad de reproducción de obras divulgadas en forma de libros o y publicaciones asimiladas reglamentariamente a libros está comprendido entre 34.800.000 € y 37.200.000 €, y el correspondiente a la modalidad de reproducción de fonogramas u otros soportes sonoros y de reproducción visual o audiovisual es de está comprendido entre 75.400.000 € y 80.600.000 €. Dentro de esta horquilla se sitúa la compensación equitativa que las entidades de gestión deben recaudar efectivamente. La compensación equitativa aplicable a cada uno de los equipos se calcula mediante una estimación de ventas de los mismos que puede diferir en la práctica de la venta efectiva que se produzca”. Esta Orden fue anulada por la Audiencia, pero los motivos no tienen nada que ver con el cálculo de la compensación (de hecho, poco después el Supremo confirmó la validez del modelo). Y ningún organismo público o administración ha aportado ningún otro cálculo.

El dinero que pierden unos, lo ganan otros
El caso es que tras la supresión del sistema del canon y su sustitución por una compensación que sale directamente de los Presupuestos Generales, las industrias culturales han pasado de recibir 115 millones a 5 por una decisión unilateral del Gobierno y sin explicación alguna del criterio que ha utilizado para establecer esa cantidad. ¿Y ese dinero no recaudado, quién lo está perdiendo? «El reparto antes era consensuado con los asociados. Un 20% se dedicaba a actividades asistenciales y de promoción cultural dentro y fuera de nuestras fronteras», detallan las entidades de gestión.

El actual sistema es más injusto porque hace recaer el pago de la compensación equitativa por copia privada sobre todos los contribuyentes. Además, deja a España fuera de Europa, quizá incluso incumpliendo la Directiva que regula la copia privada desde el año 2001. Y por si todo esto fuera poco, los equipos y soportes no han bajado de precio, como confirman desde estudios realizados por diferentes entidades hasta los responsables de venderlos en centros comerciales y tiendas especializadas.

Los dispositivos no han bajado de precio
Es justo que quienes se lucran al vender soportes y equipos que se utilizan para hacer copia privada compensen a los creadores. Según la normativa vigente en Europa, la compensación por copia privada la tienen que pagar los fabricantes y exportadores de la tecnología que permite copiar, no los usuarios. Sin embargo, en España han quedado exentos de tal pago con el actual sistema y a pesar de ello no han bajado el precio de sus productos en ninguno de los tres grupos que establecía la normativa (grupo uno, equipos de grabación; grupo dos, soportes de grabación; y grupo tres, equipos multifunción y copiadoras), con lo que han incrementado aun más sus beneficios al no trasladar este ahorro de costes a la ciudadanía.

Aunque los fabricantes de los equipos y soportes no facilitan datos sobre la evolución de sus tarifas de 2011 a 2012 (algunos, sorprendentemente, dicen no disponer ya de ellas; otros se niegan a facilitarlas, pese a que en su momento fueron absolutamente públicas), lo cierto es que los únicos productos que han visto reducido su precio, y solo en algunas marcas y modelos, son los discos vírgenes en formato CD o DVD y algunos discos duros externos. Y hay otro matiz: los productos que han bajado de precio lo han hecho a lo largo de este 2012, no el 1 de enero como correspondía, y en el caso de los discos duros externos no han bajado doce euros, que es el incremento que soportaban en concepto de canon. “De estos productos los únicos que han bajado un poco han sido los CD y DVD y los discos duros externos. Los CD y DVD porque se venden mucho menos y los fabricantes ajustan sus precios”, explica Óscar Lozano, responsable del área de informática en un centro comercial Alcampo en Barcelona. “En general, los discos CD y DVD vírgenes sí han bajado sus precios, pero no el uno de enero sino bien entrado 2012 y como consecuencia de que se venden menos”, coincide Xavier Boixaderas, responsable del área en un centro de El Corte Inglés en Barcelona.

Ningún fabricante redujo en doce euros el uno de enero de 2012 el precio de sus discos duros (ni de los discos duros no excluidos -se consideran discos duros excluidos solo aquellos que se utilicen en el arranque de los equipos- ni de las grabadoras de TV sobre disco duro): “Los precios prácticamente no se han movido. Los discos duros han estado este año un poco más baratos, pero en ningún caso doce euros”, detalla Manuel Rodríguez, vendedor en el departamento de informática de un MediaMarkt en Málaga.

Los equipos multifunción, igual que hace un año
Que los fabricantes de equipos no han reducido los precios pese a la exención del canon establecida por el Gobierno este año se comprueba de forma mucho más clara en los equipos que tenían un canon más elevado, como los discos duros externos y los equipos multifunción (generalmente copiadora, fax y escáner). De las copiadoras capaces de copiar más de diez páginas por minuto es casi imposible obtener datos, ya que no se venden en centros comerciales ni comercios minoristas y sus fabricantes no facilitan precios de tarifas anteriores (no pueden, o no quieren).

Y si los discos duros externos no han bajado, los equipos multifunción menos aún. Aunque cuesta encontrar datos de ese segmento, porque muchos equipos de 2011 ya no se comercializan en 2012, y aunque sus sucesores en muchos casos sean prácticamente idénticos el hecho de ser un modelo diferente impide comprar de forma directa sus precios el años pasado y este. Sin embargo, vale la pena esforzarse por hallar esos datos, ya que se trata de uno de los productos más vendidos y en los que se aprecia más claramente el beneficio económico que han obtenido los grandes fabricantes tras la supresión del canon. “El problema es que cuesta encontrar modelos que se estuvieran comercializando en 2011 y que sigan a la venta hoy, porque casi todos los fabricantes los van renovando. De modo que aunque cuestan lo mismo, el modelo actual en realidad no es idéntico al anterior, sino un poco mejor, por lo que se puede decir que sí han  bajado”, opina José Asenjo, vendedor de El Corte Inglés en Málaga. ¿Y los modelos que se siguen comercializando? “Esos cuestan lo mismo casi todos”, señala.

Los equipos multifunción de inyección de tinta tenían un canon de 7,95 euros. Y los modelos que se comercializaban en 2011 y se siguen comercializando apenas han variado su precio: “Algunos han bajado, pero no el uno de enero, sino meses después y porque llegó un modelo nuevo de la misma gama. Sin embargo, la Epson SX 235 costaba 48,90 euros en julio de 2011, y en julio de 2012 la teníamos a 50,90 euros”, explica Raquel Toquero en el Carrefour del centro comercial La Maquinista en Barcelona. El mismo modelo, un año después y sin canon, no solo no es más barato sino que es más caro.

Y no es una excepción: “También la Epson SX 445 costaba exactamente lo mismo en 2011 que ahora: 85 euros”, apunta Toquero. Tampoco sucede en un único establecimiento. Ese mismo modelo costaba a finales de 2011, en plena campaña navideña, 89 euros en la FNAC, según nos confirma Sandra Luque en el área de informática de la tienda que tiene esa cadena en el centro comercial Diagonal Mar de Barcelona. Hoy cuesta exactamente lo mismo: 89 euros.

Tampoco es una cuestión de marcas: “La HP3050 costaba 69,90 el año pasado. Durante la campaña navideña, en diciembre de 2011, se ofrecía con un cartucho de tinta por 75 euros, lo que era una buena promoción porque el cartucho costaba 16,90 euros. Hoy sigue costando exactamente lo mismo: 69,90 euros”, añade Luque, quien nos confirma que en la práctica los modelos que no han evolucionado a un modelo nuevo cuestan lo mismo. En este establecimiento tampoco han variado los precios de los MP3, los MP4, las memorias USB o los discos duros. “Y mucho menos en enero, desde luego no fue como el IVA que cuando cambia se nota desde el primer día”. Aunque, con la ley en la mano, así debería haber sido.

“Ningún equipo ni producto tenía un precio el 31 de diciembre de 2011 y pasó a tener otro menor el 1 de enero de 2012. Los precios de los productos en stock siguieron siendo los mismos, y los de los que llegaban nuevos también”, confirma Xavier Fandos en El Corte Inglés de la Plaza de Cataluña en Barcelona.

El Gobierno desoye a Europa
En dirección contraria a la emprendida en España, recientemente el Consejo Constitucional francés ha validado el modelo de copia privada en ese país, por el que la industria tecnológica ha de compensar a los titulares de derechos por copia privada. Ese organismo ha ratificado la exclusión de la copia privada de los usos profesionales, según requisito de la Unión Europea. Esta excepción para las personas jurídicas que manifiestamente no realicen copias privadas la recogió el Tribunal Europeo en la “sentencia Padawan”, pero sigue sin desarrollarse en España a pesar de las constantes peticiones de las entidades de gestión. Y eso a pesar de que dicha sentencia del Consejo Constitucional francés coincide con la doctrina recogida  recientemente por el Tribunal Supremo español.

Sin embargo, en España el Gobierno limita su compensación a 5 millones de euros, cuando la última cifra legalmente estipulada era de 115 millones y la francesa es de 192 millones de euros. Los titulares de derechos y, en menor medida, el resto de los contribuyentes serian así los que soportaran la carga total de este cambio por el que se favorece a las empresas fabricantes de tecnología, en su mayoría grandes multinacionales.

El origen de la copia privada
Lo que hace tiempo que muchos parecen haber olvidado en este debate es que la compensación por copia privada fue una propuesta realizada hace algo más de treinta años por los fabricantes de aparatos capaces de grabar contenidos protegidos, precisamente para poder venderlos, ya que los creadores, con la ley en la mano, podían impedir su comercialización.

La introducción del formato cassette hizo que la grabación de contenidos por particulares -que no tenían legalmente autorización para grabarlos y por tanto infringían las normativas sobre propiedad intelectual- se convirtiera en algo al alcance de cualquiera. Los primeros magnetófonos de este tipo se comercializaron con la funcionalidad de grabar limitada. Los fabricantes propusieron a autores, creadores y productores afectados que aceptasen la modificación de la ley que les concede la exclusiva de la realización de copias de sus obras, y a cambio les compensarían con una cantidad global pactada que se dividiría entre los aparatos y los soportes vendidos.

Se introdujo así el pago de una pequeña suma por cada aparato o soporte capaz de realizar copias, lo que permitió su comercialización e hizo posible su uso por personas que legalmente no podían copiar las obras. Nació así la excepción de copia privada, una modificación de la Ley de Propiedad Intelectual que autoriza al usuario a hacer copias para su uso personal de material protegido al que haya tenido acceso legítimo. Con posterioridad, la norma se aplicó a los grabadores de vídeo y sus cintas.

El Gobierno de José María Aznar lo amplió en 2003 para que lo pagasen también los CD y los DVD grabables (en función del acuerdo alcanzado entre la patronal de las empresas fabricantes de productos y soportes y las entidades de gestión). Y lo amplió nuevamente en 2007 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para que lo pagasen también los dispositivos MP3 y MP4 y las grabadoras de CD y DVD, entre otros productos, aunque para compensar se redujo un 22% el canon de los CD vírgenes y un 26,6% el de los DVD.

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