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Los usuarios ya no serán anónimos
Mega, el sitio de almacenamiento creado por el dueño de Megaupload
Este sábado comenzó a funcionar Mega, el nuevo sitio de almacenamiento y descarga online de archivos creado por el alemán Kim Schmitz, fundador de Megaupload y pendiente de extradición a Estados Unidos después de que el FBI cerrase dicho sitio hace un año por piratería digital. Esta vez el servicio, ahora mucho más parecido a otros sistemas de almacenamiento en la nube como Dropbox o Google Drive, no mantendrá en secreto la identidad de sus usuarios si las autoridades lo solicitan y no incentivará económicamente la subida de los archivos que más se descarguen.
Mega ofrece a sus nuevos usuarios 50 GB de almacenamiento gratuito, servicios de correo electrónico y de nombre de dominios, acceso a través del móvil y mensajería instantánea. Megaupload contaba con más de 180 millones de usuarios en todo el mundo y almacenaba miles de archivos, prácticamente todos ellos películas, series y canciones protegidas por derechos de autor subidas sin autorización.
Entre publicidad y cuentas premium de pago que permitían mayor velocidad de descarga, Megaupload permitió a Kim Schmitz acumular 135 millones de euros y generó daños por 386 millones a la industria cultural por todo el material difundido de forma ilícita, según el FBI, que lo cerró en enero de 2012.
«Ahora, en Mega, el archivo almacenado devolverá al usuario una contraseña, imprescindible para acceder a él. De ahí que, tal y como contaba el socio de Dotcom, Mathias Ortmann, a la revista Wired, sea “imposible para Mega saber, o ser responsable, por el contenido de los archivos guardados por sus usuarios”. Sea como fuere, la nueva fórmula parece demasiado familiar a algunos. “Suena a un Megaupload encriptado”, defiende Antonio Guisasola, presidente de la asociación de productores discográficos Promusicae. Y añade: “Vemos el lanzamiento con cierta prevención, ya que los antecedentes de Dotcom no son recomendables. Básicamente se ha dedicado a comercializar productos ajenos para montar negocios y hacer dinero”. Millones, en concreto», detalla el diario El País.
Tras pasar un mes en prisión, el alemán quedó en libertad condicional, y pudo acceder a 3,8 millones de euros de sus fondos congelados. Schmitz está acusado de conspiración para lavado de dinero y de tomar parte en una organización criminal para lucrarse con la distribución ilegal de contenido protegido por derechos de propiedad intelectual. En total, se enfrenta a cinco cargos por un máximo de 55 años de cárcel. El 25 de marzo un tribunal neozelandés decidirá si se acepta la petición de extradición de Estados Unidos.