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Tendencias

V Jornada anual del Foro de la Gobernanza de Internet en España

Antonio Fernández (Adepi): "Las obras deben poder ser creadas antes de poder ser accesibles"

Los días 27, 28 y 29 de mayo tuvo lugar en Madrid el V Foro de la Gobernanza de Internet en España, cofinanciado por entidades públicas y privadas con el objetivo de fomentar políticas que favorezcan la sostenibilidad y solidez del entorno online. Reproducimos a continuación la intervención de Antonio Fernández, director general de Adepi, participante en la mesa de debate ‘Propiedad intelectual ante el Mercado Único Digital’.

3 de junio de 2015

FG2Mesa redonda ‘Propiedad Intelectual ante el Mercado Único Digital’. De izquierda a derecha: Antonio Fernández, director general de Adepi; José Luis Zimmermann, director general de Adigital; Borja Adsuara, moderador; Carlos Guervós, subdirector general de Propiedad intelectual de la SEC; y Cristina Morales, subdirectora general de Contenidos de la SETSI.

Intervención de Antonio Fernández, director general de Adepi:

«El pasado 6 de mayo la Comisión Europea presentó su estrategia para el Mercado Único Digital. Se trata de una de las prioridades de la Unión Europea para esta legislatura, cuyo resultado tendrá un impacto directo en el ámbito de la propiedad intelectual. El vicepresidente de la Comisión para el Mercado Único Digital, Andrus Ansip, y el Comisario para la Economía y Sociedad Digital, Günther Oettinger, fueron los encargados de presentar públicamente este proyecto, que incluye 16 acciones a desarrollar hasta diciembre del próximo año.

La Comisión ve necesaria la eliminación de la fragmentación nacional para el desarrollo del mercado único digital, lo que permitirá, en su opinión, que este se consolide como espacio para generar riqueza y empleos y desarrollar la sociedad del conocimiento. En concreto, la Unión Europea se ha fijado tres objetivos:

– Mejorar el acceso de los consumidores y las empresas a bienes y servicios digitales en toda Europa. Este fin implica llevar a cabo actuaciones para la liberalización del comercio electrónico, la lucha contra el bloqueo geográfico o geobloqueo, la simplificación del régimen del IVA y la modernización de la legislación sobre derechos de autor.

– Crear el entorno en el que puedan prosperar las redes y los servicios digitales. La Comisión centrará su atención en el desarrollo de normas estrictas de protección de datos y en la mejora de la banda ancha.

– Crear una economía y una sociedad digitales con potencial de crecimiento. Para ello, principalmente, se potenciarán los sistemas de macrodatos, el entorno conocido como Big Data, y de almacenamiento en la nube.

Según se explica desde la Comisión, y teniendo en cuenta el potencial de las industrias creativas, es necesario reformar el marco legal en materia de propiedad intelectual para reducir las diferencias legislativas entre países y permitir un mayor acceso online a las obras. Por este motivo, se ha fijado para finales de este año contar con una propuesta legislativa dirigida a:

– Ampliar la disponibilidad de los contenidos legalmente adquiridos.

– Conseguir mayor seguridad jurídica para el uso transfronterizo de las obras con fines específicos, entre ellos la investigación y la educación, a través de un régimen armonizado de excepciones.

– Regular la actividad de los intermediarios del sector de los contenidos.

– Actualizar las normas para proteger la propiedad intelectual, prestando especial atención a las infracciones a gran escala y a su forma de financiación.

En ADEPI consideramos muy importante el desarrollo de un mercado digital único que permita el mayor acceso legal posible a los contenidos protegidos por derechos de propiedad intelectual. El mercado paneuropeo conllevará muchas ventajas, sin duda, pero es muy importante que la Comisión entienda que las excepciones no son la solución y que la gestión colectiva ofrece recursos a nivel comunitario para facilitar el acceso digital legal a los contenidos.

EL PRINCIPIO DE TERRITORIALIDAD Y EL GEOBLOQUEO

Es muy importante que antes de modificar las normas que regulan el principio de territorialidad de los derechos de propiedad intelectual se haga un análisis del impacto que puede llegar a tener en el sector creativo. Durante la presentación del pasado 6 de mayo se hizo una mención expresa al ámbito de la propiedad intelectual. Oettinger reiteró la necesidad de garantizar «un futuro real para los creadores». Por su parte, Ansip comentó que estaba a favor del principio de territorialidad del derecho de autor pero en contra de la exclusividad territorial.

Las diferencias entre Oettinger y Ansip en este aspecto son muy significativas, y pese a ello no han merecido excesiva atención. Oettinger es contrario a que se ponga fin demasiado rápido a las restricciones territoriales, mientras que Ansip en más de una ocasión ha declarado que “odia el geobloqueo”. El matiz, y Oettinger lo sabe bien por su conocimiento del mercado audiovisual alemán, está en que no es lo mismo una tienda online de productos físicos o una empresa de alquiler de coches que un servicio de puesta a disposición de obras culturales.

En una entrevista publicada en el Frankfurter Allgemeine hace unas semanas, el comisario utilizo una frase que en España usamos mucho pero tiene su origen en la Alemania del siglo XVI. Oettinger advirtió literalmente: “No hay que tirar al niño con el agua de la bañera”.

En esa entrevista, el comisario explica que va a examinar muy cuidadosamente lo que significaría para ciertas industrias eliminar restricciones, especialmente para la del cine: “No puede ser que los más pequeños sean los perdedores y sólo existan los grandes en un mercado más amplio. Queremos preservar nuestra diversidad cultural”, afirmó.

Oettinger se distanció con estas declaraciones de la persona responsable de la Comisión Europea para el Mercado Único Digital, el viceministro Ansip. De hecho, cuando Ansip afirmó en rueda de prensa: “Odio el geobloqueo”, Oettinger, a su lado, apostilló: “Y yo odio mi despertador a las cinco de la mañana”.

Perdonen por bajar a lo anecdótico, pero a veces los pequeños detalles nos indican que las cosas no están tan claras, no son blancas o negras como los inevitablemente breves tituales de prensa nos obligan a verlas.

FG3

La regulación del geobloqueo merece un debate amplio y profundo. En primer lugar, quizá en lugar de “acceso sin fronteras” habría que empezar a hablar de cómo desarrollar una “portabilidad transfronteriza” de los contenidos.

Tenemos muchos ejemplos de por qué esto es tan importante. La Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAPF) publicó recientemente un informe, llamado Framing Dreams, que explica el papel de los derechos de propiedad intelectual en el apoyo a la producción independiente a través de ocho ejemplos de películas y servicios de distribución de todo el mundo.

Varios de los ejemplos ilustran cómo los cineastas independientes dependen no solo de los recursos del sector público y de las rebajas fiscales, cuando existen, sino también, y sobre todo, de su capacidad para realizar una preventa de los derechos de la película a los distribuidores regionales o locales y a las cadenas de televisión, algunas veces de forma simultánea en varios países.

Una fuerte y efectiva protección de los derechos de propiedad intelectual en las distintas áreas territoriales permite a los productores garantizar la inversión necesaria para hacer películas independientes -sin una protección sólida y eficaz, conseguir el interés de los inversores potenciales es significativamente más difícil. Por otra parte, la realidad del mercado, con cooperación de los miembros del ecosistema creativo a través de numerosas fronteras, también demuestra la importancia de contar con altos estándares internacionales de protección de la propiedad intelectual que hagan posible este tipo de colaboraciones.

Facilitar el acceso eliminando barreras no debe suponer poner una alfombra roja a la homogeneización.

Y hablo tanto de la diversidad y pluralidad cultural de los contenidos como de la pluralidad y diversidad de la oferta, porque no es lo mismo un servicio de streaming con los últimos éxitos de acción supertaquilleros de Hollywood que otro que ofrezca una cuidada selección de cine de autor, como por ejemplo Filmin. De lo contrario, veremos todos el mismo cine, el que pueda competir en esas condiciones.

PROPUESTAS DE LA COMUNIDAD CREATIVA

La estrategia de la Comisión para un mercado único digital plantea expectativas muy altas: ingresos de 415 mil millones de euros al año y cien mil nuevos puestos de trabajo. Pero a veces una delgada línea separa la panacea del espejismo. Como he comentado, la Comisión Europea se centra en tres pilares para consolidar una Europa digital: un mejor acceso a los bienes y servicios online para consumidores y empresas; la creación de un entorno favorable y las condiciones de competencia equitativas para el desarrollo de redes y servicios digitales innovadores; y la maximización del crecimiento potencial de la economía digital. Sin embargo, un cuarto pilar podría consolidar el proyecto.

En la práctica, estas bases de una Europa digital muestran falta de ambición, son desequilibradas y sufren omisiones, todo lo cual son desventajas potenciales. El proyecto falla al no prever un pacto por la cultura, un pacto que en estos momentos de gran poder de empresas tecnológicas digitales es esencial para los europeos, ciudadanos que necesitan una identidad antes de ser consumidores.

Esto es esencial también para el futuro de los creadores y de la creación europea en la era digital. “Si tuviera que hacerlo de nuevo, comenzaría con la cultura”. En realidad, Jean Monnet nunca dijo estas palabras que se le atribuyen, pero es bien cierto que tenía en la mente la necesidad de construir una identidad europea.

Estamos convencidos de que la cultura, en toda su diversidad polifacética, es una oportunidad para Europa. Sin duda, es una oportunidad para la economía, pero también puede crear un vínculo entre la población y la idea misma de Europa. Obviamente, también creemos que las tecnologías digitales son una oportunidad para la cultura, para la difusión y circulación de las obras.

Sin embargo, no hay una gran política sin una gran ambición. La anunciada medida estrella de la estrategia digital europea, reformar la legislación de propiedad intelectual, no se corresponde tanto con una necesidad de reforma como con una necesidad de respeto. Hay que poner fin a la piratería de obras.

Estamos sin duda a favor de aumentar y facilitar al máximo la portabilidad de los servicios, pero, ¿realmente no hay en Europa una ambición mayor? Ningún creador se opondría a la mejora del acceso transfronterizo a su trabajo, siempre y cuando la financiación de la obra no sea sacrificada y sea garantizado tanto el acceso como su presencia en las mayores plataformas digitales internacionales.

Es importante no debilitar el apoyo a la creación y a la diversidad cultural. Sin embargo, el entusiasmo de la Comisión Europea con la reforma de los derechos de propiedad intelectual se fue apagando con los meses y el anuncio de una directiva para finales de año mostró dudas y timidez respecto a la aplicación de las reformas necesarias y urgentes en favor de la creación y de la cultura.

Habríamos esperado una actitud mucho más audaz en esos cuatro grandes objetivos.

El primero de ellos se trata en una sola línea de la presentación de la estrategia digital de la Comisión: reforzar la retribución de los creadores. Sin calendario, sin ninguna indicación sobre la forma de alcanzar este objetivo. Nada.

En segundo lugar, garantizar la promoción de las obras europeas en las plataformas digitales internacionales de distribución online, poniendo fin a la impunidad que los grandes actores de internet disfrutan cuando establecen su base en países en los que la obligación de invertir y difundir la creación europea están bajo mínimos. Una vez más, la naturaleza y el alcance de las medidas que podrían aplicarse ni se mencionan ni se especifican.

Aplicar el mismo tipo de IVA a todos los bienes culturales, ya sean digitales o no. Naturalmente que estamos de acuerdo. Pero ¿cuándo exactamente?

Y, por último, con el fin de encontrar la forma más eficaz de luchar contra la piratería, respecto al régimen de responsabilidad de los prestadores de servicios de alojamiento web y de otros intermediarios, la Comisión lanzará a finales de este año una evaluación completa. Y las decisiones vendrán después. Esto es demasiado tarde. La revolución digital lo acelera todo, lo bueno y lo malo, y con la piratería, cuanto más tarde se toman las medidas mayor es el daño.

Si Europa no quiere debilitar la diversidad cultural con esta estrategia para un mercado único digital, debe integrar una agenda coherente y ambiciosa, clara y precisa. De lo contrario, el poder de la creación europea y el dinamismo se disolverán dentro de un gran mercado regido por las plataformas digitales internacionales de distribución de películas, música y libros. Esta estrategia para un mercado único digital no debe ser la línea de meta, sino el punto de partida para construir una Europa fuerte y atractiva, cultural y digitalmente.

El proyecto digital europeo no puede consistir en líneas desnudas de cifras y porcentajes. Debe defender los valores, ambiciones y reglas establecidas, y las políticas que sitúan a la cultura y a la creación en el corazón mismo de la identidad europea. Y debe fomentar también la protección ágil y eficaz de los derechos de propiedad intelectual, lo que garantiza una remuneración justa para los creadores y lo que realmente facilitará el acceso de los ciudadanos a obras europeas, obras que deberán ser creadas antes de poder ser accesibles».

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