«La piratería digital de contenido editorial –libros, diarios, revistas y partituras– se ha disparado. Y la situación es más grave en España porque la piratería de los internautas hispanohablantes es un 15% superior al del resto de países. Pero el problema para el sector, que aporta el 1% del PIB español, se vuelve más acuciante porque a la mayor piratería se suma un problema propio. Que nos aleja notablemente de nuestros vecinos europeos y pone al sector en desventaja competitiva frente a los de otros países de la UE: lo poco o nada que pagan la mayoría de empresas y administraciones públicas, desde ministerios a colegios y bibliotecas, por reproducir sus contenidos, sean fragmentos de libros o artículos de diarios y revistas, para su comunicación y sus informes internos y externos o para los campus virtuales y las clases diarias de las instituciones educativas».